Ya ha pasado un mes desde que nos despedimos de nuestros familiares y amigos en el aeropuerto de Barajas para viajar sin billete de vuelta. Hoy día 32, podemos decir que este viaje se ha convertido en el más largo que hemos hecho nunca.
Contenidos
ToggleSeñora pidiendo en la puerta de la catedral
Familia local con la que nos hospedamos en Saty
Con el director de un centro de personas sordas en Astaná
Tenemos sentimientos encontrados. Hemos perdido la noción del tiempo y somos cada vez más conscientes de que la vida pasa volando. Estamos constantemente preguntando qué día de la semana es. Las horas y los días pasan fugaces frente a nosotros.
Pero a la vez, aún no tenemos los dos pies dentro del viaje. Hay días que nos levantamos preguntándonos qué estará pasando en nuestros antiguos trabajos o qué estarán celebrando nuestros amigos. Se nos hace raro no tener que poner el despertador para ir a la oficina o pensar que ropa ponernos por las mañanas. Aquí siempre tenemos el mismo modelito, no hay nada que pensar.
Quién nos conozca no se lo podrá creer, pero Sí, llevamos un mes sin beber cerveza. Y salvo en ocasiones muy puntuales, no la hemos echado en falta. ¿Quién nos iba a decir a nosotros que comenzaríamos el 2019 brindando con un chocolate caliente?
Disfrutando de la paz del lago Kolsai
Sentimos que estamos más despiertos. Todo nos estimula. Trabajamos la paciencia. Caminamos lento, observamos más. Hemos cambiado de vida como el Siddharta de Hermann Hesse. Así pues, el «samsara» debe quedar atrás, al menos por un tiempo, para que este viaje también sea hacía dentro. Sino, ¿qué sentido tiene?
De momento no tenemos sensación de rutina. Cada día es diferente. Hay momentos de cansancio y dolor de espalda por el peso de las mochilas. Cuando nos pasa eso, paramos. Simulamos un fin de semana de descanso. Sin salir de la cama, chocolate y pelis. Después de esto, el cuerpo enseguida te pide movimiento y cosas nuevas que descubrir.
¿Miedos?, Pues siguen ahí, no os vamos a engañar. De vez en cuando asoman pero no hay día que la vida nos reafirme que hemos tomado la decisión correcta.
Y no, si os lo estabais preguntando, de momento no ha habido peleas serias entre nosotros. Todo marcha mejor que bien. Cada uno evoluciona a su manera y siempre respetamos los espacios propios.
El primer mes de viaje hemos gastados 1195.15 € entre los dos. Es decir, 597.58 € por barba. El desglose queda de la siguiente manera:
Empezamos a notar que tenemos el control de nuestro tiempo para hacer lo que queremos. Antes, al salir de trabajar siempre llegábamos a casa cansados y finalmente no hacíamos nada de lo que teníamos planeado hacer. ¿Te suena verdad?
Estamos más activos físicamente y pasamos más tiempo al aire libre.
La ruta que estamos haciendo, no sería factible para organizarla en unas vacaciones normales, por lo que nos sentimos afortunados.
En cuanto a gastos. Estamos contentos con el resultado del primer mes. Pero creemos excesivo lo que hemos gastado en comida y alojamiento. Sobre todo en comida.
Teniendo en cuenta que la estancia en Moscú nos la tomamos como nuestras vacaciones de navidad (sin miramientos) y que en Rusia no nos aceptó ningún anfitrión de Couchsurfing, creemos que los números se pueden mejorar sin pasar penurias. Así que nuestro propósito de febrero es reducir el gasto en comida visitando más los supermercados que los restaurantes
¿Lo conseguiremos?
Soy hipoacúsica de ambos oídos y desde bien pequeñita vivo entre dos mundos.
He aprendido a estar en equilibrio entre mi mundo natural, en el que veo voces difusas y encuentro paz en los silencios y el mundo de oyentes al que me transporto cuando enciendo mis audífonos. Puede saber mas sobre mi aquí.
Suscríbete al blog y recibe gratis nuestro ebook de 7 consejos para viajar por libre y barato con pérdida auditiva.